La obesidad es el capullo que la persona crea, inconscientemente, para protegerse y esconderse de los problemas externos. Las personas muy sensibles, que se dejan mortificar con facilidad, procuran protegerse tras la gordura, que representa la morbidez de un abrazo. Muchas veces la obesidad es una forma convenientemente usada para conseguir ciertos beneficios, como atraer la compasión de otras personas, dejar de trabajar en aquello que no gusta, escapar a ciertas obligaciones que limitan la libertad e incluso poner a prueba el amor y la fidelidad del cónyuge. Una vez más vemos que el peligro está en nuestra mente, no en el mundo en que vivimos, ni en los alimentos que comemos. Pon a “régimen” tus pensamientos y limpia toda esa amargura. Vive tranquilamente y sin sentirte amenazado. Ama profundamente a todos y percibirás que, como respuesta, recibirás más amor de los demás. Sal ya de ese capullo y toma parte activa en el mundo, a pecho descubierto y con la segurida