Azúcar canela el color y el sabor de tu piel, tus labios
exquisitos llenos de recuerdos pervertidos me susurran al oído, el deseo de
besarme, de mojarme y tenerme.
Deslizas tus manos desde mi cuello acariciando mi cabello
hasta llegar a la espalda, podía sentir tus ganas de arrancarme la ropa en ese
momento.
Tu cabeza ya entre mi cuello me respirabas tan profundo,
llevándome hacia ti y más recuerdos del amor y pasión salían por tu boca, ¡Ay!
Tu exquisita boca.
Envolví tu rostro con mis manos juegueteabas a darme besos
de esquimal, tus labios rozaban ligeramente mis labios y no te atrevías así que
te acerqué más bese tus labios... mmmmmm delicioso calor del pecado y
perdición., el beso creció y mis manos llegaron a tus nalgas
¡mmmm como amo tus
nalgas!...
nuestras miradas se fijaron, sonrisas traviesas se dibujaron en
nuestros rostros, eso, eso fue mas que una invitación que ambos aceptamos.
Nuestras ganas nos llevo a ese lugar de luz rojo/violeta,
me enredas entre tus brazos, con ternura acaricias mi rostro, la felicidad me
invade. Sé que lo sabes…me vuelves loca.
Me preguntaba:
"¿Estará bien lo que estamos haciendo?
¿Estará mal?...
¡ya! ¡Que más da!…
Moría por volverte a sentir, a mi lado, dentro y fuera de mi”
Nos alcanzó la cena y el desayuno, tremendo canibalismo,
perfecto sazón, rompí mis uñas sobre tu espalda, y tus labios hicieron tatuajes en mi
espalda…no podíamos parar.
Se junto el hambre con las ganas, cuerpo a cuerpo, nos
hicimos uno, como gatos nos estirábamos y reinventando las posturas, la cama no
nos fue suficiente. Nos dimos indiscriminadamente todo lo que sugería nuestra pasión,
sin arrepentimientos, sin juicios, solo éramos tú y yo, el amor y el deseo.
El abrazo fue más del abrazo tanto que al final nuestra
piel que se contrasta se fusionó tanto que no se identifica dónde terminabas tu
y dónde iniciaba yo, nuestra respiración se confundía pero aun así continuamos
devorándonos con nuestra boca insaciable, eran miles de besos acumulados esperando uno más, me hacían falta tus manos y tus caricias y mis ganas pendientes.
Al terminar...
-¡Ya te extrañaba!
-¡Jamás pensé volver a tenerte !
-¡Siempre estuve aquí, esperándote!
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